Sunday, December 31, 2006

Por Víctor Manuel Barceló R.

En el envío anterior vimos algunos aspectos de política interna, que se relacionan con el exterior, de modo preocupante. Ahora, para cerrar el 2006, conflictivo y de malos presagios para el país, incursionemos en asuntos internacionales. Estos culminaron con el ajusticiamiento de Hussein en Irak, ante el beneplácito del imperio invasor. Caro costó al gobierno de Bush, la incursión punitiva en Irak, con el pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva. Ni eso, ni menos aún el apoyo financiero del régimen de Bagdad, al grupo Al Qaeda, tuvieron solidez comprobatoria.

El resultado final fue el fracaso en las elecciones federales, del Presidente estadounidense. El pueblo le sancionó, por los graves errores y la muerte de más de tres mil jóvenes soldados, en la guerra perdida ante Irak. Sin embargo, los coletazos del monstruo han hecho mucho daño en esa región. Todo por apropiarse de los mantos petrolíferos más importantes del mundo. La avidez imperial no tiene freno. De ahí el invento vergonzante de armas de destrucción masiva y otras mentiras, que nuevamente meten al imperio “en camisa de once varas” como le ocurrió anteriormente, en Corea y Vietnam, entonces en competencia con la extinta URSS. Hoy es solo el fortalecimiento de la globalización, por medio del unipolarismo que pretende el imperio: estás conmigo o contra mi, no hay término medio.

Sin embargo, la democracia imperial aún tiene sus controles –si bien no muy precisos- en las urnas. Allí las tesis falsas de Bush fueron destrozadas. Como contrapartida, el imperio manejó el juicio de Saddam y le llevó a la horca “más rápido que de prisa”. Piensan que así abortará el movimiento por la liberación nacional, que sostienen con organización guerrillera, diversos grupos, que muestran la vulnerabilidad del régimen pelele iraquí, creado “democráticamente” por el imperio, con grupos étnicos contrarios a los seguidores del gobernante recién ajusticiado, que venían controlando la vida política, desde hace decenios.

Otro asunto relevante fue el surgimiento de China, como la potencia asiática más vigorosa. En su afán expansionista, sus agentes recorren el mundo, concertando alianzas con todo aquel que lo desee. Su pragmatismo socialista, le lleva a negociar en el inmenso mercado del imperio, hasta ser su principal socio comercial; incursiona en la Comunidad Europea; firma acuerdos de ganar-ganar con naciones latinoamericanas, que pugnan por mantener su soberanía y realiza la espectacular alianza con el otro gigante: la India. Juntas, las dos potencias emergentes, se preparan para competir, en Asia, con producción proveniente de Australia y Nueva Zelanda, sobre todo en: Corea, Hong Kong, Japón, Singapur y Taiwán.

En el continente latinoamericano, se dio un sesgo muy importante en las tendencias políticas de los gobiernos de la región. La izquierda en el poder se hace presente en los principales países del área –salvo México- y en otros del Istmo Centroamericano. Juntos vencen al imperio en duras batallas diplomáticas, “dando al traste” con el afán de crear un organismo integrador regional, bajo la férula del gobierno estadounidense. En su lugar se fortalece la integración del Cono Sur y se lanza el proyecto de la unidad Bolivariana, bajo el auspicio de Venezuela. Éste aún no está claramente definido en sus aristas económicas.

Sin embargo, mucho empeño habrá de ponerse en la región, para no verse apabullada por las nuevas maneras de comercializar y de producir. Las transnacionales son ya el poder económico más vigoroso, en casi todos los países del Continente. Son ellas las globalizadoras. Pretenden decidir la “especialización” de cada país. Al menos en el caso nuestro, nos encajonan como nación de servicios, llenando nuestros hogares de productos producidos en otros continentes y naciones.

Mucho tendrá que hacerse y negociar con nuestros pares al Sur, para superar las tendencias desnacionalizadoras, atentatorias de la soberanía nacional. ¿Estará el gobierno federal en esta sintonía?. No se aprecian en su composición, cuadros capaces de entender la urgencia del cambio de rumbo. Al menos hasta que no demuestren lo contrario.
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com